martes, 16 de octubre de 2012

La atmósfera 'modianesca'

La verdad sobre Marie. Jean-Philippe Toussaint. Editorial Anagrama. 144 páginas. 14’90 €. 

La narrativa de Toussaint es muy lírica y particular. Quizás estemos ante la parte más compleja a la hora de escribir: crear un estilo propio y característico. Toussaint va camino de conseguirlo, si no lo ha hecho ya; sus atmósferas, su elegancia en las descripciones, sus personajes rotos y la tensión latente con la que llena cada espacio, entre otras cosas, le han otorgado una firma única. El autor belga no deja indiferente a nadie, o enamora sin peros o carga al lector, pero nadie lo lee y devuelve el libro a su estantería sin sentir nada. 

Su literatura experimental le ha llevado a que su nombre sea incluido asiduamente en la corriente denominada como el “nuevo Noveau Roman”, donde también se clasifica a la popular y extravagante novelista Amelie Nothomb. No obstante lo cierto es que sus obras recuerdan y tienen trazos, además, de otros grandes escritores que nada tienen que ver con él, véanse Paul Auster o Patrick Modiano, como muestra. 

En La verdad sobre Marie se nos cuenta el rencuentro de una pareja, que ya no lo es, cuando el nuevo amante de ella muere en su cama y la mujer –Marie- llama desesperada al narrador. Ya desde la primera frase se adivina el tono de la novela. “Más adelante, al rememorar los lúgubres momentos de aquella tórrida noche, caí en la cuenta de que Marie y yo habíamos hecho el amor en el mismo instante, pero no juntos”, confiesa el narrador para abrir la historia. Un magnífico comienzo que ilumina el sendero por el que transcurrirá el resto del relato. 

Desde ese momento, la voz del narrador nos llevará a conocer a Marie, una mujer magnética que perpetúa a la Louki de Modiano o incluso, yendo más allá, a la Maga de Cortázar. El narrador reflexiona, mediante flashbacks, sobre la relación tortuosa que mantuvieron, sobre la ruptura o la continuación de la vida tras el fin del amor. Los recuerdos de Marie que tiene el narrador desembocarán en un retrato romántico, idealizado y muy poético de la protagonista, cuyo aroma impregna todas las páginas de esta obra. 

La noche parisina y el cruce de amantes con el que comienza la historia dan paso, poco a poco, a un desglose de los vértices del triángulo que componen el narrador, Marie, y su nuevo amante: Jean Christophe. La verdad sobre Marie se puede categorizar como una historia de idas y venidas, de encuentros y desencuentros. Un tratado sobre el amor, de atmósfera modianesca, en el que se puede rasgar la tensión entre las ropas de los personajes. 

Las calles de París, el aeropuerto de Tokio, el memorable embarque del caballo Zahír –con guiño a Borges- en un avión, o las conversaciones y el avance de la narración mediante retornos constantes al pasado y al presente, traen a la memoria la Rayuela de Cortázar. Dos protagonistas que se aman pero no se soportan, que se saturan pero también se necesitan. La novela del escritor belga supone la búsqueda de identidad de unos personajes quebrados y abandonados al desasosiego del amor, el desengaño y la soledad compartida. Personajes que, en definitiva, podrían ser cristalizados en cualquiera de nosotros.

Publicado en Punto de Encuentro

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