lunes, 7 de abril de 2014

La sociedad del cartón piedra

Lionel Asbo. El estado de Inglaterra. Martin Amis. Anagrama. 

¿Qué pasaría si a un paleto con pinta de hooligan, y que anda siempre cerca de la cárcel, le tocase la lotería? Es la pregunta que parece que se ha planteado el novelista Martin Amis para dar comienzo a Lionel Asbo, subtitulada como El estado de Inglaterra. Pero, en realidad, lo único que hace esta idea es dar pie y vertebrar una novela que, bajo su tono jocoso y bromista, guarda una crítica ácida y rebosante de mala leche en sus páginas.

El verdadero protagonista de la novela es Desmond Pepperdine, un adolescente que vive en casa de su abuela tras el fallecimiento de su madre. El chico nunca supo quién era su padre. En su casa de los suburbios también vive su tío, Lionel, un delincuente de pacotilla que gasta sus días en pequeñas fechorías, peleas y otras lindezas. Lionel, al que acompaña el sobrenombre de ASBO (de Anti-Social Behaviour Order, o lo que es lo mismo, Orden librada para casos de comportamiento antisocial), trata de introducir a su sobrino Des en sus prácticas de vida. Desde el porno (las páginas de maduras y hardcore) hasta la alimentación de sus perros de pelea, Lionel inculca sus cuestionables valores a su sobrino, que, en cambio, prefiere pasar los ratos libres entre libros e imaginando su futuro con mujeres reales.

Todo cambiará cuando, en una de sus estancias en la prisión, a Asbo le toque la lotería. Este hecho insólito, ya que el personaje no cree en los juegos de azar, provoca que comience un esperpento descrito por el narrador inglés con absoluto sarcasmo y con una brillantez literaria sin igual. La Inglaterra actual, y por extensión geográfica, el mundo occidental, quedan al descubierto en las páginas de Lionel Asbo. El culto excesivo al dinero y la fama, la sociedad de la televisión, el sensacionalismo de los medios de comunicación, los personajes de circo que deambulan de cadena en cadena en busca de unos euros (libras, en este caso) son retratados por la mordaz pluma del autor de Campos de Londres, entre otras.

La representación de los suburbios, con ese aire hooligan, remite por momentos a la literatura obrera de Alan Sillitoe pasada por un barniz de superficialidad, que no es ni más ni menos que el propio de nuestra época. Sin embargo, no es la única referencia que se agolpa en las páginas de Amis. Buscada o no, la novela recuerda en ciertos momentos a la crónica social de Dickens, pero también tiene el aroma de la literatura británica contemporánea, por ejemplo, Nick Hornby.

Lionel Asbo es una novela con un tono desenfrenado y salvaje (la relación que mantiene Desmond con su abuela Grace es una muestra de ello) que se desliza como la cámara de un cineasta para dar testimonio de la pérdida de pie de la sociedad británica. Lo que antes era una sociedad sustentada en unos valores muy remarcados, según cuenta el narrador de Martin Amis en esta obra, ahora ha pasado a ser un descontrol en el que los diarios y medios sensacionalistas y los esbirros de una sociedad asalvajada y sin moral se desenvuelve a la perfección, llegando incluso a las esferas más altas de la pirámide.

Todo ello desde un Londres suburbial, que aún parece guardar un cierto aire romántico, pero que, a su vez, se ha convertido en una jungla donde el más fuerte tiene las mayores posibilidades. Un Londres que no es el hábitat natural de Des, pero sí de Lionel. Una ciudad que golpea con la misma fuerza que los puños de los matones como Asbo. Una urbe que se rocía de colonia hooligan cada mañana, en la que la superficialidad, el circo y la pantomima han tomado toda la relevancia que podían. Lionel Asbo es una novela crítica, ácida, mordaz, narrada con el estilo y el humor que caracterizan a Amis, que lanza veneno en sus páginas y deja que su pluma, quizás la más afilada de las letras británicas, incida en esa casa de cartón piedra que da una visión certera, provocadora y sin concesiones del estado de Inglaterra.

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